Uno se va dando cuenta de cuales son sus preferencias a la hora de hacer running o en este caso, trail-running. Si haces unos años cuando decidí abandonar el futbol y comenzar esta aventura de "correr", así lo llamaba y así lo sigo llamando, porque eso del runnnig o trail-running suena a palabras mayores, jejeje. Lo que decía, hace unos años mis objetivos eran de bajar de 40' en un diez mil, 1h 30' en media o de 3h 15' en maratón (lo de correr un maratón me costo asimilarlo) todo ello conseguido.
IV carrera Pencona |
En la misma época de tener en mente aquello de bajar tiempos y gracias al compañero que mas años lleva en este deporte de nuestro club y que además creo que es el que mas en serio se lo toma; Alberto Masa, el que hace ya cinco ediciones me hablará de esta carrera, era la "IV CARRERA PENCONA" y me animase a participar y desde aquel día esta carrera me atrapase, sobre todo, sus últimos 4 km.
IV carrera Pencona ( Aquí comienzan los últimos 4 km) |
IV carrera Pencona |
Desde entonces, año tras año no faltaba a la cita, hasta el año pasado, que me coincidía con mi primer ultra en Portugal. A pesar de ello, me inscribí aunque me fue imposible acudir a la cita.
Me arrepentiría de no haber ido, ya que se subía por primera vez a la Panera y al Collado de las Lleguas. Según todos los comentarios, fue una carrera muy muy dura y yo me la perdí. Por lo que me prometí que mientras pudiera no volvería a faltar a la que es mi tipo de carrera ideal.
Llegaba la VIII edición, con un recorrido bastante parecido al año anterior, salvo los primeros 6km y la subida al paso de los Buitres, que se hacía por donde bajábamos en mi primera participación, por lo que allí estaría aunque fuese cojo.
Mi carrera iba a comenzar el viernes tarde, al tener un interesante partido de futbol-7, 8 en este caso, entre los "Tomatitos" y el grupo de amigos de mi hijo, que teníamos apalabrados desde la carrera de la Sierra de Montánchez.
El resultado fue, que a los veinte minutos tuve que dejar de jugar al sentir un fuerte dolor al tirar a puerta. Aquí empezaron las primeras dudas en mi participación en La Pencona.
Lo del partidillo a pesar de que a mi no me fuera tan bien, fue un verdadero acierto, sobre todo por la convivencia que tuvimos allí los tomatitos.
La bajada de La Panera, una verdadera pasada, unas veces saltando piornos, otras esquivando los o incluso con algún que otro tropezón .
Ya se me habían pasado todos los fantasmas de abandonar también los dolores, además durante el primer tramo de la bajada tuve una dura rival; Mai, la cual se marcaba una espectacular bajada, por lo que decidí arriesgar para así no hacerla sólo.
A mitad de bajada, km 12, adelantábamos a Candy, que no se le veía que tuviera su día , también a los trujillanos Aurelio y Ñeke que iban juntos.
Al finalizar la bajada y sin descanso alguno, de nuevo tocaba subir, esta vez al Collado de las Yeguas, era el km 15 y definitivamente había decidido hacer el resto de la carrera con Mai.
Poco a poco el sol iba saliendo de su escondrijo de nubes, podía haber aguantado un par de horas más, pero siendo sincero y viendo como había sido el tiempo en la última semana, podíamos estar contentos de que no hiciera el mismo calor que en día anteriores.
A mitad de la subida llegaba hasta nosotros Ñeke.
No conocía ni el final de la Panera, ni tampoco el Collado de las Yeguas y me estaban sorprendiendo gratamente.
Por fin lográbamos coronar el collado de las yeguas (km 18), estábamos a 1500 metros de altitud. A partir de aquí el terreno iba a ser más favorable, o por lo menos eso parecía según perfil.
La bajada preciosa, aún diría más, encantadora, alucinante.
Llevábamos un pequeño tramo de bajada cuando nos encontrábamos tirado en el suelo a Enrique Antúnez de Talavera la Reina, con un tirón en un cuadricep y otro en uno de los gemelos. Entre Ñeke y yo conseguimos ponerle en pie y cuando vi que podía andar por sí sólo, volví a la carga.
Me propuse llegar hasta Mai antes de terminar la bajada, por lo que me lancé a tumba abierta.
De nuevo estaba alucinando con la carrera, que bajada, pedía paso como sí me fuera la vida en ello y por fin, llegaba hasta Mai, que iba con flato, ya lo había tenido en la bajada de La Panera.
Llegábamos al final de la bajada, a partir de aquí, el recorrido es el mismo que el de los últimos años, por lo ahora tocaba llanear y alguna que otra subida que se nos iba hacer muy muy dura, además de que el calor empezaba hacer mella.
Sí veíamos un chorro de agua, nos abalanzábamos para beber o refrescarnos.
La paletilla de la Carrera de Montánchez |
Ya en sábado, y después de echar unas horas en el trabajo, partíamos para La Vera, recogiendo en Trujillo a Luis Ángel Pablos, Luigi, que se vendría a pasar el finde con nosotros.
Por lo que el sábado, de tranquilo nada de nada y mas cuando Luigi es culé y el Barça se jugaba la final de la Champión ese día.
Cuando nos desenredábamos de celebraciones, eran mas de las doce de la noche, por lo que íbamos a llegar poco descansado a la carrera.
Ya por fin, pude a poner a cargar el móvil, que llevaba todo el día sin batería
y yo ni acordarme,
¿¿verdad, Luigi??
jajajajajaa.
y yo ni acordarme,
¿¿verdad, Luigi??
jajajajajaa.
A las 6h30' en pie, por mi parte un poco de café y una pequeña tostada y caminito de Aldeanueva.
Luigi, me preguntaba:
¿¿Qué tal anda el llorón??
El muy canalla, lo decía porque según el, siempre me estoy quejando y poniendo escusas, que si me duele esto, que si no entreno lo suficiente... y al final acabo corriendo.
No se, pero quizás tenga razón, durante todo el sábado estuve quejándome que si podría correr o no por las molestias del cuadricep que me habían provocado dejar el partido de futbol . Serán los años, que me estarán haciendo un viejo gruñón, jajajajajaja.
Llegábamos a Aldeanueva con el tiempo justo de recoger mi otro dorsal FEXME, que el mío me lo había dejado en Miajadas, de unas fotillos y enseguida se iba a dar la salida.
Las 8 de la mañana, por lo que se daba la salida, loa tomatitos en carrera, Juando, Juanlu, Pakito , El Presi y yo salíamos en las últimas posiciones.
Mientras Sergio y Clemente estaban de espectadores, al correr la mini que saldría media hora después.
Buscaba a Laura entre el público y corredores de la mini, para despedirme de ella, percatándome que estaba Conchi a su lado, por lo que decidía parar para saludarla y a partir de aquí, intentar correr y no pensar en el abandono.
el primer km lo hacía con el Presi, pero una vez salíamos del pueblo y el camino empezaba a empinarse, comenzaba a ganar posiciones.
Pude comprobar de primera mano, como iba la carrera por la parte trasera, durante estos primeros km que iban tirando hacía arriba, pero por caminos bastantes cómodos, me lo estaba pasando fenomenal, con el grupo de calabazones de Vegas Altas, comandado por Lucas, también por la incombustible Yolanda y Cándido de Trujillo, Adolfo de Villanueva Corre, entre otros.
Por el km 4, me encontraba con los tomatitos Juando y Juanlu, con los que me haría unas fotos y seguiría mi camino.
Llegando a la cima, poco a poco nos íbamos acercando a Pakito .
De vez en cuando le iba dando una voz, para que se enterara de que me acercaba a el.
Pasado el km 6 y después del primer avituallamiento, la carrera iba a empezar a complicarse de manera brusca.
Tocaba subir el "paso de los buitres", mas que un subir a un paso, parecía escalarlo.
Por esta zona, el que mejor subía era el padre de Verónica; Antonio, el cual a pesar de ser mucho mas mayor que la mayoría nos daba una buena pasada.
Por esta zona, el que mejor subía era el padre de Verónica; Antonio, el cual a pesar de ser mucho mas mayor que la mayoría nos daba una buena pasada.
Desde lo alto del "paso de los buitres" unas palabras con las veratas Julia y Lidia y de nuevo a intentar seguir avanzando posiciones.
Poco a poco me iba olvidando de los miedos de abandonar, porque aunque si tenía unas ligeras molestias, no existía dolor.
El día era estupendo para correr, estaba nublado y según íbamos subiendo a la cima de la Panera, incluso un cierto frescor por muchas zonas.
Sí durante la subida al paso de buitres se me hiciera bastante dura, lo que fue la subida a la Panera, totalmente al contrario, casi sin enterarme, ya que la haría siempre hablando, primero con el trujillano Miguel y luego y con Carlos Sánchez, un madrileño que esta dentro de la organización de Peñalara, por lo que echamos un buen rato juntos.
De vez en cuando le iba dando una voz, para que se enterara de que me acercaba a el.
¡¡¡¡Por cierto, las vistas impresionantes!!!!
Justo en la cima de La Panera (km 10) y casi 1800 metros de altitud) estaba el tercer avituallamiento Unas charlas, unas fotos , además por supuesto de avituallarnos bien.
Y para abajo.
Justo en la cima de La Panera (km 10) y casi 1800 metros de altitud) estaba el tercer avituallamiento Unas charlas, unas fotos , además por supuesto de avituallarnos bien.
Y para abajo.
La bajada de La Panera, una verdadera pasada, unas veces saltando piornos, otras esquivando los o incluso con algún que otro tropezón .
Ya se me habían pasado todos los fantasmas de abandonar también los dolores, además durante el primer tramo de la bajada tuve una dura rival; Mai, la cual se marcaba una espectacular bajada, por lo que decidí arriesgar para así no hacerla sólo.
A mitad de bajada, km 12, adelantábamos a Candy, que no se le veía que tuviera su día , también a los trujillanos Aurelio y Ñeke que iban juntos.
Al finalizar la bajada y sin descanso alguno, de nuevo tocaba subir, esta vez al Collado de las Yeguas, era el km 15 y definitivamente había decidido hacer el resto de la carrera con Mai.
Poco a poco el sol iba saliendo de su escondrijo de nubes, podía haber aguantado un par de horas más, pero siendo sincero y viendo como había sido el tiempo en la última semana, podíamos estar contentos de que no hiciera el mismo calor que en día anteriores.
A mitad de la subida llegaba hasta nosotros Ñeke.
No conocía ni el final de la Panera, ni tampoco el Collado de las Yeguas y me estaban sorprendiendo gratamente.
Por fin lográbamos coronar el collado de las yeguas (km 18), estábamos a 1500 metros de altitud. A partir de aquí el terreno iba a ser más favorable, o por lo menos eso parecía según perfil.
La bajada preciosa, aún diría más, encantadora, alucinante.
Llevábamos un pequeño tramo de bajada cuando nos encontrábamos tirado en el suelo a Enrique Antúnez de Talavera la Reina, con un tirón en un cuadricep y otro en uno de los gemelos. Entre Ñeke y yo conseguimos ponerle en pie y cuando vi que podía andar por sí sólo, volví a la carga.
Me propuse llegar hasta Mai antes de terminar la bajada, por lo que me lancé a tumba abierta.
De nuevo estaba alucinando con la carrera, que bajada, pedía paso como sí me fuera la vida en ello y por fin, llegaba hasta Mai, que iba con flato, ya lo había tenido en la bajada de La Panera.
Llegábamos al final de la bajada, a partir de aquí, el recorrido es el mismo que el de los últimos años, por lo ahora tocaba llanear y alguna que otra subida que se nos iba hacer muy muy dura, además de que el calor empezaba hacer mella.
Sí veíamos un chorro de agua, nos abalanzábamos para beber o refrescarnos.
Pasábamos por una pequeña garganta, para entonces el grupo era de cinco y al cruzar la garganta todos nos refrescásemos. Ñeke en su afán por refrescarse metía un resbalón que le pudo dejar KO para el resto de la carrera .
Por fin llegaba mi parte favorita, aquella bajada de unos 4 km que año tras año no cambia y que tan grata impresión tengo de ella.
El grupo iba muy tocado, les intentaba animar,les decía ahora veremos a un hombre en una piedra y a partir de ahí a disfrutar de la bajada.
Aquel hombre que año tras año juraría que era el mismo, este año no lo era, ya que el que estaba en aquella piedra para indicarnos por donde pasar, no era otro que Carlos Caldera, de los comesuelas de Badajoz, que no participaba al estar lesionado.
La bajada iba haciendo mella, del grupo de cinco, sin darnos cuenta pasaba a ser de tres (Mai, Ñeke y yo). Les animaba mientras controlaba que no se me quedasen atrás.
En un punto de la bajada se veían tanto Jarandilla, como Aldeanueva. Aquí nos encontrábamos con Jose Antonio de Villanueva Corre, que se había equivocado y había cogido el sendero equivocado.
¡¡¡Venga, venga!!! les gritaba, ¡¡¡No queda nada, un km!!!
Y por fin y después de una doble curva, última recta en bajada.
Le daba paso a Mai, para que entrase en solitario y disfrutase de ese mas que merecido tercer puesto de la general en su primera Pencona (¡¡CASI NAÁ!!)
Mientras Ñeke, Jose Antonio y yo hacíamos nuestra entrada triunfal abrazados después de 4h 23' 47''.
Para terminar agradecer a los organizadores por una vez mas organizar una gran carrera, dura como ella sola y a la vez divertida.
También agradecer a todos los voluntarios por tan buena atención, a esas señoras con esa limonada que sabe a gloria y como no, agradecer también a Laura y a Luigi por aguantarme...
¿¿¿COMO NO OS VOY A QUERER???
También agradecer a todos los voluntarios por tan buena atención, a esas señoras con esa limonada que sabe a gloria y como no, agradecer también a Laura y a Luigi por aguantarme...
¿¿¿COMO NO OS VOY A QUERER???
Muy buen reportaje.
ResponderEliminar